Hoy vamos a echar un vistazo a ciertos efectos perniciosos de la tecnología del siglo XXI, compañera inseparable pero a veces amante exigente. En nuestra página, y si eres seguidor de ella ya te habrás dado cuenta, tenemos muy claro que lo que nos gusta es poner en valor aquellos conceptos que más y mejor reflejan los aspectos positivos del mundo tecnológico. Sin embargo también tenemos claro que en otras ocasiones todo esto se convierte, como por ensalmo, en una cuestión que no nos permite encontrar amparo. Quiere esto decir que en los momentos actuales localizar un buen asidero en el que poder agarrarnos es lo más adecuado, sobre todo si tenemos en cuenta que el vértigo que puede producirnos el mundo de la tecnología se puede convertir en problemático. No lo decimos únicamente por la angustia que nos puede provocar el no saber manejarnos en el espacio virtual o no tener conocimientos sobre las utilidades informáticas, estamos refiriéndonos más bien a cuando nos convertimos en adictos a la tecnología y vamos restando calidad a nuestra vida. Puede parecer ilógico, pero has de tener claro que si transformas tu vida en una constante dedicación al ordenador y a las excelencias de lo virtual al final vas a convertirte en un ser antisocial, acabarás restándole horas a tu descanso, no te alimentarás bien, y lo que es peor, desarrollarás hábitos poco saludables y adicciones que pueden ser poco o nada recomendables. Por eso viene bien sentarse consigo mismo un día, analizar si tenemos o no un problema y ver las posibles soluciones que podemos darle. Y puedes tener claro que la propia tecnología te va a echar una mano a la hora de resolver las situaciones complejas. Por ejemplo, existen páginas como guiadepsicologos.com que vienen de maravilla cuando lo que pretendemos es resolver un problema de adicción con determinadas Webs o formatos digitales. Todo sea por evitarnos un disgusto y por tener las emociones, tal y como hemos dicho en el título que da entrada al presente artículo, bajo control. Es cierto que con la estandarización de la tecnología y con la llegada de la globalización las cosas han sido más benevolentes con nosotros. Ahora somos capaces de estar en contacto permanente con los nuestros, de saber qué está ocurriendo en el otro lado del mundo, en suma, de conocer todo aquello que antes éramos incapaces de solucionar. Pero también es verdad que estas situaciones nos tienen que hacer ver que tales adelantos pueden resultar un tanto complicados de asumir. Por eso siempre conviene saber dónde vamos a encontrar un profesional de la salud emocional para que todo nos funcione como debe y no tengamos que sufrir las consecuencias de un mundo vertiginoso que a veces nos procura situaciones poco o nada placenteras.