O projeto avaliado em 840 mil euros entra para o conjunto de serviços que a Microprocessador já desenvolveu no mercado angolano nesta área, como o SGT do Centro Recreativo e da Clínica Sonangol e o SGT da Torre Total.

Explicó que este proceso se tenía que cumplir de acuerdo a las reglas de operación de este año, por lo que el primer paso es acreditar la incubadora, para posteriormente poder bajar recursos para los proyectos, por lo que al igual que la Universidad Tecnológica de Azúcar de Matamoros, la Universidad Tecnológica de Puebla y la de Tehuacán fueron las tres instituciones tecnológicas a las que se les otorgó la certificación de las incubadoras al cumplir con los lineamientos y a nivel municipio es la única universidad que cuenta con este reconocimiento.

El desarrollo de los emprendimientos productivos es para Barañao “un proceso complejo, pero clave, en el debate de inducir a las empresas de base tecnológica porque es lo que va a cambiar la matriz productiva del país”.

Dijo que obtener este certificado ayuda a abrirle las  puertas a los proyectos que presenten, pues tendrán una infraestructura para bajar recursos y concluir así sus planes, por lo cual se está trabajando con 23 proyectos, que se están procesando para lograr consolidarlos,  los cuales son propuestos por los estudiantes de la universidad.

Para el funcionario, el análisis del funcionamiento de las economías de la región “muestra que el camino es ir hacia una econmomía real del conocimiento, con empresas de base tecnológica, con mayor educación, que genera sociedades más democráticas, y en las que la distribución de riqueza es mucho más justa”.

El ministro de Ciencia y Tecnología también planteó la importancia de “apoyar a aquellos a encarar un emprendimiento desde el Estado, porque ese emprendedor si tiene éxito va a generar trabajo, va a pagar impuestos y eso tiene un beneficio social”.